martes, 22 de febrero de 2011

EL SUICIDIO: EL PLACER QUE ATRAE


No hay porqué amedrentarse cuando escuchamos "suicidio"; esto no puede, exclusivamente, significar lo tétrico, lo terrorífico, lo macabro o lo peor... simplemente que se puede ver como algo atrayente: ¡Sí, atrayente!




Recordemos, pues, al insigne poeta, cuentista y ensayista argentino Jorge Luis Borges, quien siempre estuvo atraído por la muerte, llegando a pronunciar alguna vez que "la muerte era la noche de cada día" y que "imaginaba el paraíso como una enorme biblioteca". Bien, he aquí al ilustre, haciendo un alarde estético a la "muerte" y por consiguiente barriendo el piso para dar paso al "suicidio" no como lo fúnebre, sino, como lo placentero.




Que no se malicie lo expresado en líneas anteriores, aquí les comparto un pequeño pasaje del cariño de Alonso Cueto llamado "La venganza del silencio", un pasaje que nos ofrece una nueva forma de ver el "suicidio", he aquí la conversación de Antonio y su tía Adriana:


— A lo largo de mi vida, he pensado muchas veces en matarme, ¿sabes? (Adriana)


—No te creo —le dije. (Antonio)


—Es algo que me da vergüenza. Pero es verdad.


—No puede ser.


—No creas —dijo sonriendo—. Es muy tentador, es como tirarse en un pozo de agua, y olvidarte de todo, es algo que me ha fascinado siempre. Si hubiera podido atreverme... una vez estuve cerca. Estábamos en un hotel, fue en nuestra luna de miel en Buenos Aires. Algo maravilloso. Me salí al balcón del hotel y me acerqué al borde y vi la ciudad tan hermosa y esperándome al fondo, no sé por qué pensaba en eso, pero al final tu tío entró al cuarto y me vio. Me dio un abrazo y me salvó la vida.




Como podemos ver, Adriana, la tía de Antonio, califica a la muerte como tentadora y placentera al momento en que dice "me acerqué al borde y vi la ciudad tan hermosa y esperándome al fondo" y la gran desilusión que se lleva cuando su recién esposo, Adolfo, le salva la vida, ella dice entonces con una especie de resignación e impotencia "pero al final tu tío ... me salvó la vida"

Adriana, en la novela ya mencionada era, pues, una mujer con mucho carácter y emprendedora, capaz de mover el mundo con un solo dedo; sin embargo tuvo la feliz tentación de cometer un "suicidio"


Así que no se amilanen mis queridas almitas cuando escuchen por ahí decir "... y era una bella persona, no tenía motivos para suicidarse; sin embargo, lo hizo"


¡Vemos lo que creemos ver, escuchamos lo que creemos escuchar y decimos lo que creemos decir!